Las actividades de cooperación territorial que llevan a cabo en Europa las distintas entidades y autoridades nacionales, regionales o locales (fundamentalmente planteadas para la implementación de programas y proyectos de cooperación, casi siempre financiados por la UE, pero en otras ocasiones desarrolladas sin la intervención ni la financiación de ésta) se conducen de múltiples formas: en algunos casos en el marco —más o menos formalizado— de proyectos concretos que están temporal, funcional y financieramente acotados, en otros, estas entidades y autoridades han encauzado su cooperación enmarcándola dentro de estructuras formales más estables a largo plazo y con mayor desarrollo organizativo y operativo, aunque hasta ahora no existía prácticamente ningún instrumento jurídico con personalidad propia específicamente diseñado para la cooperación territorial. Recientemente se ha introducido en la normativa comunitaria y en la en legislación española un nuevo instrumento para canalizar la cooperación territorial: las AECT (Agencias Europeas de Cooperación Territorial) cuyas novedades y principales características se describen a continuación, concluyendo con una reflexión sobre su presente y futuro en nuestro país.