El vicepresidente y consejero de Vivienda del Gobierno de Navarra, José María Aierdi, ha vinculado el fuerte impulso que, durante este primer trimestre del año, está registrando la rehabilitación energética de edificios residenciales a la llegada y la respuesta que están teniendo los fondos de recuperación europea Next Generation. Navarra ha conseguido movilizar ya un total de 47,3 millones de euros comprometidos con proyectos ya concretos que han presentado hasta ahora comunidades vecinales y particulares, lo que permitirá intervenir en la rehabilitación energética de 337 edificios y 5.648 viviendas en toda la Comunidad foral. A esta financiación europea se sumarán los casi 30 millones que, de forma complementaria, el propio Gobierno foral destina anualmente a ayudas a la rehabilitación, más del triple de las que dedicaba cuando inició esta estrategia en 2016, y que serán compatibles con las convocatorias de los Next.
Aierdi ha dado apertura del I Foro Biziberri que, bajo el lema ‘Rehabilita con conciencia; regenera tu barrio’ se celebra durante la jornada de hoy en el Palacio de Baluarte para debatir sobre políticas públicas de rehabilitación y la gestión de los distintos programas abiertos con financiación del programa de recuperación europea Next Generation.
Entre las distintas sesiones de presentación, mesas redondas y exposiciones de casos de éxito, en este foro han participado distintos responsables y técnicos en regeneración urbana de los ministerios de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y de Transición Ecológica; los y las directoras generales de Vivienda de los gobiernos autonómicos de Euskadi, Asturias y Castilla y León, además de Navarra; personal técnico de los ayuntamientos de Barcelona, Bilbao y Benavente; el director gerente de Nasuvinsa, Alberto Bayona; y el officer del Banco Europeo de Inversiones (BEI) Dinis Rodrigues, así como así como otras personas participantes de distintos ámbitos sectoriales, profesionales y agentes implicados en la actividad de rehabilitación y regeneración urbana, hasta 150 asistentes.
Casos de éxito en Bilbao, Madrid, Barcelona y la Txantrea
Durante la jornada del foro Biziberri también se han presentado y debatido algunos casos de éxito de movilizaciones vecinales e intervenciones de regeneración energética a escala de barrio que se han acometido en distintas capitales del Estado, como el caso del proyecto Opengela en el barrio bilbaíno de Otxarkoaga, el poblado de Orcasitas en Madrid, el barrio de Besòs-Maresme en Barcelona, el proyecto Edifistrict impulsado en el barrio pamplonés de la Txantrea o el proyecto ELENA de despliegue de equipos técnicos y profesionales en oficinas de barrio de asesoramiento acompañamiento a las comunidades vecinales que Nasuvinsa ha puesto en marcha Navarra con financiación del BEI.
Durante su intervención en la apertura del evento, el vicepresidente Aierdi ha destacado “la gran oportunidad que suponen los fondos Next Generation para hacer de las políticas de rehabilitación energética una palanca de transformación de nuestras ciudades, pueblos y barrios en clave medioambiental, pero también social y urbana como alternativa a la ciudad dispersa y esas grandes expansiones urbanísticas en las periferias”.
Aierdi ha dado cuenta de los más de 70 millones de euros que la Comunidad Foral tiene asignados para proyectos de rehabilitación energética de edificios residenciales con cargo a los fondos de recuperación europea y de que el 67% -47,3 millones- ya están comprometidos en los proyectos presentados a las primeras convocatorias que han ido saliendo durante 2022 y los primeros meses de este año.
Impulso notorio en los primeros meses de 2023
Además, en los primeros dos meses y medio de 2023, el Departamento de Vivienda ya ha tramitado ayudas de rehabilitación para un total de 2.190 viviendas con ayudas concedidas por valor de 12,7 millones, por lo que, de terminar el año en la misma proporción, supondrían un notable incremento del 32% en número de viviendas y un 60% más en ayudas respecto a los resultados registrados lo largo del pasado año 2022, que ya de por sí fueron los mejores en la última década en Navarra, con 6.600 viviendas y 30 millones en ayudas.
No obstante, el consejero de Vivienda ha advertido de que “si bien la inyección de los Next supone una oportunidad, la apuesta por la transformación y descarbonización de nuestras ciudades debe ser estratégica y no limitarse a la coyuntura de un plan de recuperación y resiliencia en un momento concreto”, por lo que ha hecho un llamamiento a las administraciones públicas “a mantener la tensión de este compromiso más allá de 2026, cuando finaliza la ejecución de los proyectos que reciban financiación del programa Next”. En este sentido, ha destacado el esfuerzo continuado que la Comunidad Foral ha mantenido en su apuesta por la rehabilitación a partir de la aprobación de la Ley de Vivienda de 2016, que reactivó y priorizó estas políticas.
Asimismo, dentro de esta estrategia, Aierdi ha destacado los equipos integrados por una treintena de profesionales, distribuidos por las ORVE y oficinas de barrio en todo el territorio de Navarra, para prestar ayuda y asesoramiento a las comunidades vecinales en la promoción de proyectos de rehabilitación y apoyar en la gestión de los expedientes. La mitad de estos y estas profesionales ya comenzaron a trabajar sobre el terreno durante el pasado año 2022 en todas las comarcas de la Comunidad Foral, en colaboración con medio centenar de ayuntamientos, dentro del programa European Local ENergy Assistance (ELENA) financiado por el BEI. “Esta dinámica es otra forma de entender la relación con la ciudadanía; es la administración la que se mete en el barrio y en las comunidades vecinales para responder a las necesidades y no esperar a que vengan a una ventanilla burocrática”.
El consejero de Vivienda ha finalizado subrayando que “esta estrategia por la rehabilitación energética y la regeneración urbana de la ciudad consolidada tiene tres objetivos preferentes: el climático, en favor de la eficiencia energética para avanzar en la descarbonización de las ciudades; el social, para mejorar la calidad de vida y el ahorro energético para las familias más vulnerables; y en tercer lugar, el urbano: para utilizar la rehabilitación como palanca para regenerar ciudades y revitalizar nuestros barrios y pueblos de toda la vida”.