Un total de 50 ayuntamientos de toda Navarra, incluida su capital Pamplona-Iruña, han suscrito hasta ahora el Pacto de Alcaldías por el Clima y la Energía, una iniciativa europea que recoge las medidas concretas que cada uno de estos municipios se comprometen a poner en marcha y que en la Comunidad Foral coordina la agencia de la sostenibilidad Lursarea.
Los ayuntamientos que han dado su apoyo a esta iniciativa, que en su conjunto representan al 52% de la población navarra, son Altsasu, Ansoáin, Aoiz, Arakil, Arbizu, Arguedas, Arruazu, Arróniz, Artajona, Bakaiku, Barásoain, Baztan, Bera, Berriozar, Carcastillo, Castejón, Cendea de Olza, Corella, Cáseda, Ergoiena, Esteribar, Etxarri Aranatz, Falces, Irañeta, Irurtzun, Iturmendi, Lakuntza, Larraga, Los Arcos, Mendavia, Murillo el Fruto, Noáin, Olazti, Olite, Oloritz, Orísoain, Oteiza, Pamplona, Peralta, Puente la Reina, Pueyo, Sangüesa, Sartaguda, Tafalla, Tiebas-Muruarte de Reta, Uharte Arakil, Unzué, Urdiain, Valtierra, Viana y Ziordia.
Esta movilización de voluntades responde a la invitación efectuada a las entidades locales el pasado mes de febrero por la consejera de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local del Gobierno de Navarra, Isabel Elizalde, que se reforzó con una jornada sobre el Pacto de Alcaldías en la Comunidad Foral días después.
Este pacto es una iniciativa europea por la que las entidades locales se corresponsabilizan con los objetivos de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y adoptan un enfoque común para la mitigación del cambio climático y la pobreza energética.
Reducir emisiones GEI y adaptarse al cambio climático
El compromiso municipal por el clima y la energía consiste, en primer lugar, en reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en el municipio en un 40% como mínimo hasta 2030, en particular a través de la mejora de la eficiencia energética y un mayor uso de fuentes de energía renovables. En segundo lugar, aumentar su resiliencia mediante la adaptación a los efectos del cambio climático.
Con el fin de traducir estos compromisos en hechos, la entidad local se compromete a elaborar un inventario de emisiones GEI de referencia, así como una evaluación de riesgos y vulnerabilidades derivados del cambio climático. A continuación, debe presentar un Plan de Acción para el Clima y la Energía Sostenible en un plazo de dos años, a partir de la fecha de la decisión. Finalmente, elaborará un informe de situación al menos cada dos años, con fines de evaluación, seguimiento y control.
Durante todo el proceso, el Gobierno de Navarra ofrece su apoyo a las entidades locales comprometidas con el clima y la energía. Este apoyo se concreta en metodología y soporte técnico dentro de un grupo de trabajo de responsables municipales, que contará con la ayuda de la agencia Lursarea y la red de Entidades Locales por la Sostenibilidad (NELS), con el fin de compartir buenas prácticas, conocimiento y recursos en cuanto a iniciativas de clima y energía. Estos compromisos se encuadran también dentro de la ejecución del proyecto europeo Life NAdapta, una de cuyas acciones consiste precisamente en su promoción entre las entidades locales.