El Consejo del Gobierno de Navarra aprobó el pasado mes de marzo una inversión de 75 millones de euros para financiar este Plan que profundiza en la prioridad social de las políticas de suelo y vivienda. Estas 524 VPO se promueven ante la escasez de oferta de vivienda en alquiler y la necesidad de atender una creciente demanda social por parte de jóvenes, familias con escasos recursos o amenazadas por la presión hipotecaria que optan por el arrendamiento en lugar de la compraventa. De hecho, 7 de cada 10 solicitantes de vivienda en el censo de Nasuvinsa demandan la opción del alquiler.
La primera fase del Plan de Vivienda de Alquiler se empezará a construir entre Erripagaina, Entremutilvas y Ardoi-Zizur, y posteriormente se extenderá a otros emplazamientos de la Comarca de Pamplona y otros municipios del resto de Navarra, y el alquiler de las las primeras viviendas se adjudicará durante el primer semestre de 2019.
La inversión total del Plan de Vivienda de Alquiler asciende a unos 80 millones de euros. El Banco Europeo de Inversiones ha optado por financiar 40 millones, por su parte el Gobierno de Navarra subvencionará 20 millones en cuatro ejercicios, el banco foral de suelo aporta unos 10 millones en activos y los 10 millones restantes los cubrirá la sociedad pública Nasuvinsa con fondos propios.
Urbanismo sostenible y eficiencia energética
Nasuvinsa ha introducido en este Plan criterios de urbanismo sostenible en la edificación, tanto en la ocupación de suelo como en la aplicación de parámetros innovadores de eficiencia energética. En este sentido, ante la ausencia de legislación estatal sobre edificios EECN de consumo casi nulo para cumplir la directiva de la UE 2010/31, cuyo cumplimiento será obligatorio a partir de 2020 para todas las nuevas construcciones, el Gobierno de Navarra se adelantará a aplicar ya el estándar Passivhaus en este Plan de Vivienda.
La construcción de edificios EECN, basada en factores arquitectónicos como aislamientos especiales, regulación de puentes térmicos o estanqueidad del aire, supone una notable reducción del coste de calefacción al pasar de un consumo de 784 euros por año en una vivienda tipo de 70 metros cuadrados de más de 30 años de antigüedad, o de 220 euros en un edificio más moderno que cumpla la normativa vigente, a los 73 euros anuales calculados en una vivienda considerada de consumo casi nulo, según las mediciones de las primeras pruebas.
Además, la apuesta por la construcción de edificios EECN requerirá la formación de profesionales especializados, entre arquitectos e ingenieros, para marcar las pautas y certificar los proyectos y la ejecución de obra siguiendo estos parámetros.