La necesidad de dar respuesta a las dificultades de acceso a la vivienda o pérdida de su hogar que acusan numerosos grupos en riesgo de exclusión social, una realidad que ha venido aumentando notablemente en los últimos años como consecuencia de los efectos de la crisis, le llevó al Gobierno de Navarra a crear el llamado Fondo foral de Vivienda Social, un parque de pisos adscritos a Nasuvinsa cuyo alquiler contrata con asociaciones sin ánimo de lucro que trabajan en este ámbito.
Actualmente, el Fondo Social de Nasuvinsa suma ya un total de 105 viviendas, cuyo alquiler está concertado con un 15 colectivos y entidades colaboradoras como Cáritas, Cruz Roja, París 365, Xilema, Comisión de Ayuda al Refugiado, Fundación Ilundain, Anfas, asociación Síndrome Down o Santa Lucía, entre otros, así como los ayuntamientos de Pamplona y Berriozar.
La asociación Antox para la investigación, prevención y rehabilitación de drogodependencias, un colectivo integrado en la Red Navarra de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, ha sido la última entidad concertar el alquiler de dos viviendas en el Fondo Social de Nasuvinsa para acoger a personas en proceso de inserción social tras culminar un programa terapéutico de desintoxicación.
Jornada de trabajo en Larraingoa
Con motivo de la contratación del alquiler esta nueva vivienda, el colectivo de rehabilitación ha celebrado en sus instalaciones de comunidad terapéutica y servicios, ubicadas en la localidad pirenaica de Larraingoa, una jornada de trabajo en la que han participado, además del presidente de Antox, Federico Iriarte, y los profesionales de asistencia social de la asociación, la jefa del área de Alquiler social de Nasuvinsa, Pilar Riudavets, y el técnico del Instituto de Salud Pública del Gobierno de Navarra Joseba Huarte, así como los representantes de la Fundación Caja Navarra y Caja Rural -entidades colaboradoras con el programa- Jesús Jiménez y Ricardo Goñi, respectivamente.
“El mercado de la vivienda o incluso la propias promociones de VPO dejan a menudo en la cuneta muchas necesidades en la atención social y una empresa de servicio público como Nasuvinsa no podría seguir ajena a esta realidad, sobre todo teniendo en cuenta que el acceso a la vivienda es en muchas ocasiones una herramienta clave en determinados procesos de reinserción social”, ha señalado Pilar Riudavets, técnico de Nasuvinsa.
La directora de gestión de la asociación Antox, Josune Larrainzar, ha apuntado, por su parte, que “tenemos constancia que una de las grandes dificultades en la reinserción es la ausencia de vivienda o, en algunos casos, aunque la haya, no es el entorno más adecuado para favorecer y mantener la abstinencia” y ha subrayado que “esta carencia de vivienda adecuada es una de las principales causas de recaída en el consumo y, por tanto, de no culminar un proceso de inserción social”.
El Fondo foral de Vivienda Social que gestiona Nasuvinsa favorece que las personas que se acogen a este alquiler puedan disponer en el plazo máximo de 3 años de la necesaria autonomía personal y económica para facilitar su desvinculación del acompañamiento social del que dispone durante el tiempo de estancia en la vivienda que se le asigna, en colaboración con las entidades colaboradoras o a través de los servicios sociales de base.
La sociedad pública de vivienda acogió recientemente en pisos de su Fondo Social a una treintena de refugiados sirios procedentes de Líbano, llegados a España entre un grupo de más de 200, cuyo asilo fue gestionado en el programa de reasentamiento de asilo de la Unión Europea. Se da la circunstancia de que Navarra fue, después de Madrid, la segunda provincia que más refugiados acogió.